Sugar Lane vuelve, pero no para redescubrir la India. Ahora escribo como estudiante de diseño.
Probablemente ya no hable de festivales coloridos, cortes de agua y luz, comida extraordinaria, tráfico loco ni cosmopolitans con buenos amigos. La moda es mucho más frívola que todo eso, o al menos eso se cree.
Un estudiante de diseño, según dicen (en algún país muy muy lejano), dibuja figurines, hace vestiditos y lleva siempre el Vogue debajo del brazo. Lo cierto es que en Madrid la cosa no es tan ideal como suena, lo único que llevamos debajo del brazo es una carpeta tamaño A2 con la que es una odisea moverse en transporte público, tela de retor (que es una tela estúpida, cruda y fea) y nada de Vogue.
Porque yo sí, leía el Vogue todos los meses, hasta que empecé la carrera. Ahora estoy demasiado ocupada intentando entender lo que es un “mol”, esa palabra que para mi siempre ha sido sinónimo de compras (Shopping “mall”) pero que por lo visto es la cantidad de masa que hay en 6.02214179(30)×10 23 entidades de algo… Qué algo? Pues algo que se encuentra en la tabla periódica, tira y busca!
Así que los estudiantes de diseño “enlazamos”, pero no con lazos de raso, si no con átomos de electronegatividad muy distinta, para crear (no vestidos de seda) enlaces iónicos. Y aprendemos a representar sistemas y arquitectura, que para algo estamos en la politécnica. Disertamos sobre el color desde posiciones aristotélicas y platónicas, a veces metiendo a la pobre Dorothy con sus zapatos rojos en el ajo. Analizamos las estrategias de ataque del ejército de Alejandro Magno y cada piedra que los monjes cluniacenses mandaron colocar, porque todos sabemos lo bien vestidos que iban… Y bueno, si, de vez en cuando dibujamos figurines y modelamos con maniquíes, que es lo que nos hace seguir.
Sugar Lane is back, but not to rediscover India. Now i’m writting as a fashion design student.
I might not speak about colorful festival, water and power cuts, amazing food, crazy traffic nor cosmopolitans with good friends. Fashion is much more frivolous than that, or that is what the World thinks.
A fashion design student, as they say (in some far far away land), sketches beautiful models, stitches up lovely dresses and carries Vogue under her arm. Truth is in Madrid is not as fabulous as it sounds, the only thing we carry under our arm is a A2 size folder which complicates travelling in public transport a lot, raw cotton material and no Vogue at all.
But I use to read Vogue every single month; up till the moment I started with these studies. Now I’m too busy trying to understand what the hell a “mol” is, that word has always been a synonym of shopping (as in shopping “mall”) but now it happens to be the amount of substance contained in 6.02214179(30)×1023 entities of something… Which something? Well, something you can find on the periodic table… if you find it, please, let me know!
So fashion students “bond” but no fashion garments, we make ionic bonds. And we learn to represent architecture systems; I guess we are at the polytechnic for a reason. We expound upon colors from an Aristotelian and platonic points of view, sometimes we even include poor Dorothy and her red shoes in such a mess. We analyze Alexander army strategies and every single stone that a Cluniac monk decided to assemble, cause we all know how well they dressed… And well, yes, we sketch lovely designs from time to time, what keep us going on.
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